miércoles, 15 de abril de 2009

LA RADIESTESIA MOSTRÓ EL CAMINO PARA ENCONTRAR AL CHE


Amigos de Argentina me han hecho llegar un documento de mucho valor cuando intencionadas campañas de "cierta prensa" han querido poner en duda si los restos del Che que están hoy en Cuba son o no verdaderos. El siguiente material del Equipo Argentino de Antropología Forense deja al descubierto toda la verdad.

E.A.A.F.
Equipo Argentino de Antropología Forense
BOLIVIA : Antecedentes Históricos

El 8 de octubre de 1967, la columna guerrillera del Che fue emboscada en la Quebrada del Yuro por el Ejército boliviano. Cuatro guerrilleros murieron en combate, o fueron ejecutados en el barranco, los detalles del incidente varían según las diferentes fuentes. El Che y "Willi" (Simon Cuba Saravia, un minero boliviano) fueron tomados prisioneros y llevados a La Higuera, una aldea cerca de Vallegrande. Al día siguiente el general René Barrientos, entonces Presidente de Bolivia, ordenó la ejecución de Guevara. Él y Simón Cuba fueron ejecutados por el ejército boliviano en la escuela de la aldea. El 10 de octubre, el cuerpo de Guevara fue puesto a la vista del público en la lavandería del Hospital de Vallegrande. Cientos de lugareños fueron a verlo y fotógrafos registraron el hecho.

Los agentes argentinos chequearon sus huellas dactilares con las que figuraban en los archivos en Argentina y confirmaron la identificación. Los soldados bolivianos llevaron su cuerpo a un lugar secreto de enterramiento. Varias historias dan versiones diferentes sobre lo que pasó con los restos del Che Guevara: algunos dicen que su cuerpo fue arrojoado a la selva boliviana desde un helicóptero, otros que fue cremado o enterrado en uno de los tantos sitios alrededor de Vallegrande, en una fosa individual o colectiva.
Vargas Salinas, un General del Ejército Boliviano retirado que luchó contra la guerrilla del Che, le dijo al periodista norteamericano Jon Anderson (que estaba escribiendo una biografía del Che Guevara), que él había sido uno de los tres oficiales militares que participaron en el entierro de los restos del Che. Esto no fue negado por ninguna fuente oficial.
Después de 28 años de silencio, Vargas Salinas decidió hablar: "Pasó suficiente tiempo y es hora que el mundo sepa", le dijo a Anderson. "Está enterrado bajo la pista de aterrizaje de Vallegrande." (New York Times, 21.11.95).
La participación del EAAF
Acompañado por los miembros de la Comisión Gubernamental, Vargas Salinas viajó a Vallegrande y caminó por la pista de aterrizaje pero no especificó exactamente donde fueron enterrados los restos de Guevara. Dijo simplemente que él y otro personal militar habían enterrado los restos bajo la pista de aterrizaje, o junto a ella, en una fosa común la noche del 11 de octubre de 1967. A pedido de la Asociación de Familiares de Desaparecidos y Mártires por la Liberación Nacional de Bolivia (ASOFAM), la Comisión invitó al EAAF para brindar asistencia técnica en la investigación.
Los cuerpos de la mayoría de los otros guerrilleros del grupo del Che que murieron en combate o fueron ejecutados en Bolivia tampoco habían sido encontrados nunca. Por lo tanto, ASOFAM también estaba interesada en recuperar los restos de todas estas personas cuyos cuerpos no habían sido devueltos a sus familiares desde 1967. Según varios registros históricos, los cuerpos de algunas de estas personas habían sido enterrados junto con los restos del Che. Eran aproximadamente 32 personas:
Jesús Suarez Gayol, cubano; Eliseo Rodríguez Díaz, cubano; Antonio Sánchez Díaz, cubano; Jorge Vázquez Viana, boliviano; Carlo Coello, cubano; José María Martinez Tamayo, cubano; Raúl Quispaya Choque, boliviano; Antonio Jiménez Tardio, boliviano; Juan Viatalio Acuña Nuñez, cubano; Israel Reyes Zayas, cubano; Apolinar Aquino Quispe, boliviano; Gustavo Machid Hoed Beche, cubano; Walter Arancibia Rodríguez, boliviano; Moises Guevara Rodríguez, boliviano; Tamara Haydeé Bunke Bider, argentina-alemana; Fredy Maimura Hurtado, boliviano; José Restituto Cabrera Flores, peruano; Julio Velazco Montaño, boliviano; Roberto Peredo Leigue, boliviano; Manuel Hernandez Osorio, cubano; Mario Gutierrez Ardaya, boliviano; Orlando Pantoja Tamayo, cubano; Rene Martínez Tamayo, cubano; Alberto Fernández Monts de Oca, Aniceto Reinaga Gordillo, Juan Pablo Chang Navarro, peruanos; Simón Cuba Saravia, cubano; Octavio Concepción de la Pedraja, cubano; Jaime Arana Campero, boliviano; Francisco Huanca Flores, boliviano; Lucio Galván Hidalgo, peruano y Julio Luis Méndez Korne, boliviano.
La investigación forense procedió en cuatro etapas: La primera se desarrolló entre el 29 de noviembre al 22 de diciembre de 1995; la segunda tuvo lugar desde el 7 de enero al 15 de febrero de 1996; la tercera desde el 1ro. al 31 de marzo de 1996; y la cuarta entre el 21 y el 25 de junio de 1996. Los miembros de la Comisión Gubernamental y de ASOFAM estuvieron presentes prácticamente durante todas las etapas de la investigación.
Primer Etapa: La Identificación de Jaime "Chapaco" Arana Campero
La primer etapa comenzó inmediatamente después del anuncio del General Vargas Salinas. El 29 de noviembre dos miembros del EAAF, Alejandro Incháurregui y Anahí Ginarte, viajaron a Vallegrande. Seguidamente fueron reemplazados por otros dos miembros del equipo, Patricia Bernardi y Carlos Somigliana.
El Dr. Jorge González Pérez, Director del Instituto de Medicina Legal de la Habana, se sumó a la investigación como representante de las familias de los combatientes cubanos que murieron durante la campaña del Che en Bolivia, con la intención de identificar sus restos y repatriarlos a Cuba. El Dr. González participó en todas las siguientes etapas de la investigación forense.
También estuvieron presentes durante la investigación dos testigos: un hombre que habría sido el operador de la máquina retroexcavadora que cavó la fosa donde los restos del Che y sus compañeros fueron enterrados y un hombre mayor de Vallegrande que había observado algunos de los hechos. Sobre la base de estos testimonios, el EAAF delimitó un área bordeando la llamada vieja pista de aterrizaje de Vallegrande.
Debido a que el área demarcada era bastante extensa, el EAAF decidió llevar a cabo una prospección geofísica sistemática. Durante la primer y segunda etapas del proyecto, una firma privada de Argentina, Área Geofísica, brindó sin cargo su equipamiento y personal para colaborar con la investigación. Giorgio Stangarino, ingeniero; Nestor Braidod, ingeniero; y Sergio Katabian, geofísico de Área Geofísica, participaron en esta primer etapa. A partir del uso de un georadar, se localizaron distintas anomalías en los estratos geológicos de la tierra hasta una profundidad de tres metros. El georradar es un instrumento de alta resolución, que es capaz de brindar información sobre el subsuelo de un área. Emite ondas electromagnéticas a través de una antena ubicada sobre la superficie del área a ser estudiada y recibe señales de retorno desde el interior del suelo a partir de otra antena. Esto le posibilita al investigador prospectar el subsuelo rápidamente y sin causar ninguna perturbación y muestra la ubicación de estructuras, tumbas, caños, pozos y otras discontinuidades naturales y artificiales del subsuelo.
Sobre la base de la información brindada por Área Geofísica, el EAAF realizó sondeos en el área demarcada, en cada uno de los sitios que el georradar indicó la presencia de anomalías. Desafortunadamente, las excavaciones demostraron que todas las anomalías fueron el resultado de alteraciones geológicas naturales.
Según otros testimonios, se realizaron sondeos en otras áreas, un sitio actualmente ocupado por las oficinas del Servicio de Investigaciones Agrarias, a 500 m. del aeródromo. Este esfuerzo sólo produjo resultados negativos.

Cañada de Arroyo: La Identificación de Jaime Arana Campero

El Sr. Vicente Zavala manifestó que una noche en 1967, en el sitio de su propiedad conocido como Cañada de Arroyo a 5 km. de Vallegrande, tropas del ejército enterraron los cuerpos de algunos guerrilleros.

Durante los días 12, 13 y 17 de diciembre, miembros del EAAF condujeron excavaciones en la propiedad del Sr. Zavala y se recuperaron tres esqueletos humanos. Estos restos fueron estudiados en el Hospital Señor de Malta en Vallegrande. En ese momento fue posible identificar a uno de los cuerpos, que fue individualizado por una vieja lesión premortem en la sexta costilla derecha. Esta lesión era compatible con la información brindada por la familia de Jaime Arana Campero. Años antes, en 1958, Campero fue sometido a una operación para extraerle un quiste de su pulmón derecho. Este hecho, junto con la información premortem sobre sus características generales, posibilitaron la identificación positiva de Jaime Arana Campero, de 29 años de edad, conocido como "Chapaco", quien murió en el enfrentamiento de "Cajones" el 12 de octubre de 1967.

Enfrentamiento de Cajones

Después de la captura y ejecución del Che y otros miembros de su grupo el 8 de octubre de 1967, los guerrilleros que sobrevivieron al incidente de la Quebrada de Yuro se dividieron en dos grupos y viajaron en diferentes direcciones. Unos pocos días después, el 12 de octubre, el primer grupo, compuesto por cuatro sobrevivientes, fue tomado prisionero en la confluencia de los ríos Grande y Mizque. Según Regis Debray, el grupo fue ejecutado inmediatamente; según las fuentes militares, como Gary Prado, los cuatro murieron en combate. Los nombres de estas cuatro personas eran: "El Moro" (Octavio Concepción de la Pedraja, 32 años de edad, un médico militar cubano); Jaime Arana Campero ("Chapaco", boliviano y ex-miembro de la Juventud Comunista); "Eustaquio" (Lucio Galván, de 30 años de edad, un técnico de radio de la guerrilla peruana y militante del Ejército de Liberación Nacional) y "Pablito" (Fransisco Huanca, de 22 años de edad, un joven campesino y estudiante boliviano).

Los restos de Jaime Arana Campero fueron restituidos a sus familiares, quienes decidieron trasladarlos al cementerio de Tarija, ciudad de donde era oriundo.

Segunda Etapa

Cinco miembros del EAAF participaron de la segunda etapa de investigación: Patricia Bernardi, Luis Fondebríder, Mercedes Doretti, Anahí Ginarte y Silvana Turner. Durante este período no se produjeron hallazgos de restos humanos. Se contó nuevamente con el equipo de Área Geofísica para conducir nuevas prospecciones.

Entre el 16 y 25 de marzo tres geofísicos cubanos de Geominera Geofísica de Cuba se sumaron al proyecto. Estos expertos, especialistas en radioestesia, gravimetría y sismología, son: Beatriz Rodríguez Basante, ingeniera geofísica y especialista en sismología en el Instituto de Geología y Paleontología en La Habana y los ingenieros José Prol y Leodegario Lufriu. Sus estudios complementaron y acrecentaron los estudios realizados por el equipo del georradar.

Esta etapa el trabajo se caracterizó por el principio de la sistematización de diferentes versiones históricas brindadas por varios testigos y fuentes escritas, la inspección geofísica a partir de diferentes métodos y la ampliación de las áreas de excavación por áreas señaladas por nuevos testimonios y por los equipos geofísicos.
Las áreas de excavación fueron inicialmente seleccionadas sobre la base de la información histórica reunida a comienzos de la investigación, que identificaban los posibles sitios de enterramiento. Estos sitios fueron localizados en los siguientes lugares: la vieja y la nueva pista de aterrizaje; las tierras actualmente ocupadas por el Servicio Nacional de Caminos; el Rotary Club; el Centro de Estudios de Fruticultura y áreas contiguas al cementerio.

En estas áreas se demarcaron zonas específicas según tres criterios: 1) sitios en los que el georradar registró anomalías; 2) alteraciones identificadas por el equipo de geofísicos cubanos; 3) sitios o áreas identificadas a través de las versiones históricas recolectadas durante la investigación.

El equipo de geofísicos cubanos desarrolló las siguientes tareas: estudiaron las áreas previamente prospectadas por el georradar y compararon sus resultados obtenidos por diferentes métodos y expandieron la prospección en áreas demarcadas anteriormente. También estudiaron las nuevas áreas como un sitio dentro del Hospital Sr. de Malta y Cañada de Arroyo. Además, analizaron mapas y fotografías aéreas para reconstruir ciertas características del terreno 30 años atrás.

Cambios culturales y naturales del terreno

Casi 30 años pasaron desde que tuvieron lugar los hechos bajo investigación y las marcas en el terreno a que hacen referencia los testigos en sus relatos han cambiado sustancialmente.

Se obtuvieron mapas topográficos de la región y fotografías aéreas de los años 1959 y 1984. Comparando estas distintas fuentes fue posible reconstruir parcialmente la superficie del terreno correspondiente al año 1967. La identificación de las referencias en las zonas rurales que actualmente han desaparecido o cambiado permiten situar con mayor precisión los testimonios dados por los testigos. Es especialmente importante que el Regimiento Pando en esos años ocupaba las áreas donde se encuentran actualmente el Servicio Nacional de Caminos, el Rotary Club y el Centro de Fruticultura. Algunas calles que cruzaban el Regimiento Pando ya no existen, mientras que fueron abiertos nuevos caminos así como también re-divididas algunas parcelas.

Una de las principales fuerzas naturales que han modificado el paisaje es la erosión ocurrida en el área. La falla geológica ubicada en el Rotary Club ha avanzado aproximadamente 22 metros entre 1967 y el presente.

Como parte de la investigación histórica de los eventos de 1967, el EAAF continuó realizando entrevistas con testigos. Estos testimonios resultaron en la identificación de nuevas áreas de prospección y excavación. El EAAF condujo numerosas entrevistas con campesinos, residentes locales, ex-soldados, mecánicos y toda persona que pudiera brindar información relevante. Luego, toda la información relativa al sitio de enterramiento de Ernesto Guevara y su grupo tomada de distintas fuentes pudo ser sistematizada y comparada. La información reunida de estas fuentes fue seguidamente volcada en mapas de cada una de las áreas señaladas en los testimonios de los testigos. Esto hizo posible visualizar con mayor claridad la mayoría de la información testimonial. En algunos casos, las áreas identificadas ya habían sido excavadas sobre la base de información provista por el georradar, por los estudios geofísicos o por los datos reunidos antes de la sistematización de la información de los testigos. En otros casos, los datos históricos señalaban nuevas áreas para la exploración geofísica y la excavación.

La búsqueda de miembros de la familia de las víctimas que pudieran brindar información física de sus parientes fallecidos también continuó.

Las nuevas zonas delimitadas en la segunda etapa para más investigaciones fueron:

a) El área adyacente a la pared norte del cementerio, bordeando el aeropuerto de Vallegrande; b) la vieja y nueva pista de aterrizaje del aeropuerto de Vallegrande; c) el sitio actualmente ocupado por las oficinas del Servicio Nacional de Caminos; d) y e) el sitio actualmente ocupado por los sembradíos del Rotary Club; f) el sitio actualmente ocupado por el Centro Regional de Estudios de Fruticultura; g) el interior del nuevo cementerio que esta actualmente en uso; h) la falla parcialmente ubicada en la propiedad del Rotary Club; y) la estructura utilizada en esos años como la cocina del regimiento Pando, ubicada actualmente en la propiedad de la Universidad Tecnológica de Vallegrande (TVU); j) Cañada de Arroyo, una propiedad privada donde se encontraron los tres esqueletos.

En diciembre de 1995 el EAAF comenzó a trabajar en la zona sur de la vieja pista de aterrizaje y en el Centro de Estudios de Fruticultura. Durante la segunda etapa de investigación, el área de prospección del georradar se extendió a las zonas A, B, C y E. Estas zonas fueron limpiadas y preparadas para la prospección con georradar. La información obtenida fue analizada en Buenos Aires y las coordenadas para las áreas que presentaban anomalías fueron enviadas a Vallegrande.

No se produjeron hallazgos de importancia en ninguna de las áreas excavadas. Los puntos indicados por el georradar y los geofísicos, hasta el momento, correspondían a alteraciones producidas por causas naturales o culturales, pero no estaban relacionadas con el hallazgo de restos humanos. Entre el 15 de febrero y el 1ro. de marzo, se suspendieron las excavaciones arqueológicas, pero la prospección geofísica y la investigación histórica del caso continúa.

Tercer Etapa

Durante el mes de marzo, dos miembros del EAAF, Anahí Ginarte y Darío Olmo, reanudaron las excavaciones y el estudio de los restos recuperados.

La tercer etapa de excavación tuvo lugar en pequeñas áreas, mucho más claramente definidas que en las fases previas. Se excavaron sitios que restaban de los señalados por los equipos geofísicos como sitios con anomalías y por los datos históricos.

Al mismo tiempo, se realizaron excavaciones en nuevas áreas identificadas por los testigos, como el patio trasero del Hospital Sr. de Malta en Vallegrande (donde el cuerpo del Che había sido exhibido en la lavandería) y dos áreas que habían pertenecido al Regimiento Pando.

El trabajo también continuó en la Cañada de Arroyo, donde se encontró un nuevo esqueleto, dentro de una pequeña falla, cerca del sitio donde se exhumaron los primeros tres esqueletos encontrados.

Análisis de Laboratorio

Los cuatro esqueletos recuperados en Cañada de Arroyo fueron analizados para determinar su identidad y causa de muerte. Correspondían a cuatro hombres adultos, todos exhibían heridas de arma de fuego en el cráneo y tórax, miembros superiores y abdomen.

Sobre la base de la identificación de Arana Campero, junto con la información histórica, fue posible establecer hipótesis con respecto a la identificación de los esqueletos restantes. En ausencia de información pre-mortem significativa de los tres esqueletos, se tomaron muestras de hueso para análisis genéticos. Estas fueron enviadas a Cuba, junto con las muestras de sangre de dos posibles familiares de dos de las víctimas. La tercer familia todavía no ha sido contactada. Hasta el momento la comparación del material genético extraído de las muestras de hueso y sangre no ha concluido.

Al finalizar esta etapa, se estableció una Comisión Vallegrandina que pidió el reconocimiento de la Comisión Gubernamental para sumarse a las investigaciones.

Cuarta Etapa: Exhumación e Identificación de Carlos Coello Coello, "Tuma"

Según la información reunida de diferentes fuentes, Carlos Coello Coello, "Tuma", un teniente del ejército cubano, llegó a Bolivia en noviembre de 1966. Fue mortalmente herido en una emboscada en un sitio conocido como "La Poza" el 26 de junio de 1967, cerca del río Piray, departamento de Santa Cruz de la Sierra. Coello Coello había sido herido en su abdomen y murió mientras era operado por sus compañeros en la casa de un campesino.

Su cuerpo fue enterrado al día siguiente por sus compañeros. Más tarde fue descubierto por soldados del ejército que no pudieron identificarlo. Posteriormente lo re-enterraron en un sitio cercano a la aldea de Florida, conocido como Laguna Seca o Río Seco, Departamento de Santa Cruz de la Sierra.

Según la información pre-mortem brindada por la familia desde Cuba, "Tuma" había sufrido una herida en su codo izquierdo consecuencia de un viejo accidente.

Entre marzo y junio de 1996, la Comisión a cargo de la investigación histórica en La Paz localizó a una persona que había llevado al ejército al área. Después de varias visitas al sitio, el testigo pudo ubicar la segunda fosa.

El 16 de junio de 1996 se descubrieron los restos, a partir de la información adicional brindada por un residente de Laguna Seca, aproximadamente a 200 km. de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, y 80 km. del camino que comunica Florida y Tejería, en el departamento de Santa Cruz de la Sierra.

Dos miembros del EAAF, Patricia Bernardi y Darío Olmo, viajaron nuevamente a Bolivia y el 21 de junio fueron autorizados por la Comisión Gubernamental para exhumar e identificar los restos encontrados en Laguna Seca.

El esqueleto fue analizado en el Hospital Japonés de Santa Cruz de La Sierra el 22 de junio y reveló la siguiente información: se trata de un individuo de sexo masculino, cuya edad al momento de su muerte estaba comprendida entre los 22 y 32 años de edad, y cuya altura era de 165 cm +/- 3 cm. También se encontró una fractura en el extremo distal del húmero izquierdo (codo).

Comparando la información resultado del estudio de los restos con la información física brindada por la familia de Carlos Coello Coello, fue posible identificarlo positivamente.

No obstante, no fue posible determinar la causa y manera de muerte a partir de los restos u otra evidencia. Según los datos históricos, Coello Coello fue herido fatalmente en el abdomen, siendo afectando su hígado y produciéndose una perforación de su intestino. El esqueleto no presentaba ninguna evidencia que pudiera confirmar o rechazar los testimonios relacionados con su causa de muerte. Si la ubicación de la herida es descripta correctamente por las fuentes históricas, es muy posible que el disparo no haya afectado partes óseas.

Los restos de Carlos Coello Coello fueron trasladados a Cuba y restituídos a su familia, su esposa y un hijo que nunca conoció.

Actualización

En junio de 1997 los restos de Ernesto "Che" Guevara y otras seis personas fueron encontrados por un Equipo Cubano en la pista de aterrizaje del aeropuerto de Vallegrande, Departamento de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia.

Tres miembros del EAAF, Patricia Bernardi, Alejandro Incháurregui y Carlos Somigliana se sumaron al equipo existente en Bolivia y trabajaron en la exhumanción y análisis de los restos esqueletarios.

Los siete individuos encontrados en una fosa común fueron identificados positivamente. Los restos de Guevara, como los de los otros cuatro cubanos que murieron con él se encuentran en Cuba, donde viven sus familias.


Más claro ni el agua, y si el informe pudiera ser poco, publico tres fotos hasta hoy inéditas de los especialistas cubanos durante las labores de rastreo utilizando la radiestesia las cuales me las entregó el Doctor Leodegario Lufriú Díaz Ingeniero Geofísico cubano* al frente de los expertos de nuestro país, que muestran imágenes del cientifico y sus compañeros en plena faena de búsqueda de los restos del Che utilizando las varillas y métodos radiestesicos.



* http://ruedadeprensa.ning.com/profiles/blogs/la-radiestesia-tesoro-de-la

1 comentario:

De sus queridas presencias dijo...

Tuve la enorme alegria y orgullo de participar junto a Bety, Jose y Leo, en calidad de voluntario, de algunas de las actividades en busca de los restos de los combatientes.
Doy fe de que no habia descanso, ni fin de semana ni feriados en su tarea que cumplieron con mucha dedicacion y seriedad.
De esa experiencia nacio un documental cuyo blog les envio para que lo visiten. www.desusqueridaspresencias.blogspot.com
Norberto Forgione